La cruz en el camino.
El pino abatido al borde del abismo.
El viento que azota las hierbas en los páramos.
La oscuridad que todo lo cambia.
El espanto ante la vida en el reino de un sol que agoniza.
Son las miserias de los hombres las devilidades de aquellos dioses que juzgan nuestros destinos.
Aires fríos que templan los aceros hasta reflejar la luna en su superficie, como el mar.
Los lamentos de las olas se estampan contran los acantilados, allá abajo, en lo mas profundo de nuestro ser; donde la esencia de la vida se vuelve carne y sangre, visceras y tendones.
Donde lo físico se encuentra con lo metafísico,
donde se desencadenan las corrientes que agitan nuestras almas.
Amigo Benjamín, como bien dices, poca cosa somos los mortales. Más tú que moras en las cavernas de nuestro inconsciente, donde la razón no alcanza,
donde no se conoce la ley ni la trampa,
allí amigo, tú perduraras siempre.
Sirva pues esta pintura de memoria o epitafio al hombre que ahora te acoge.
A las puertas del laberinto. Díptico Óleo sobre tela, 120 cm x 180 cm.
ok, le cambiare el titulo para poder seguir mostrándola.
Hola amigo, imagino que cuando hablas de fotografia te refieres a la pintura en la que aparecéis tu y la señorita Del Solar, siento decirte que no veo razón para censurar una obra de la cual estoy bastante satisfecho. Entiendo que su recuerdo te resulte doloroso pero por suerte o por desgracia no podemos borrar el pasado y ese momento que aparece ahí reflejado nos pertenece a los tres, asi que con todo el respeto lo mantendré tal cual esta pintado, cambiando el titulo para adecuarlo en alguna medida a ló que me demandas.